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jueves, 12 de agosto de 2010

LOS NIÑOS GORDOS NO SON FELICES.

Los niños gordos no son felices.
Sedentarismo y malos hábitos alimentarios causan principalmente sobrepeso y obesidad, razones de ser de una serie de transtornos metabólicos y psicológicos que afectan la calidad de vida de los niños. En Chile casi el 30 por ciento de los niños en edad escolar son obesos. Un niño obeso tiene 10 veces más probabilidades de ser un adulto obeso.
Las investigaciones actuales acusan que la gente con sobrepeso no es precisamente la más bella, y por lo mismo, no es la más saludable, y que los kilos de más son nefastos para vivir bien. Lo cierto es que se ha comprobado hoy que tanto el niño como el adolescente acumulan bajo esos kilos extra muchas enfermedades, desde diabetes mellitus y afecciones al corazón hasta graves problemas traumatológicos (rodillas juntas, agudización de sus pies planos). Psicológicamente, las cosas son tal vez peores: en forma evidente esta "personita" pasa su existencia con una muy baja autoestima que, en muchas ocasiones, redunda en un bajo rendimiento escolar y menor sociabilidad. SIN FELICIDAD "Los niños gordos realmente no son felices".
De hecho, el niño obeso será, probablemente un adulto obeso; de ahí la necesidad de que tanto los padres como los educadores entiendan que sobrepeso y obesidad son problemas de salud, que deben ser tratados desde un comienzo para evitar males mayores en la vida adulta.
¿A qué se debe realmente que en Chile tan alto porcentaje de niños y adolescente sufran de obesidad?
La respuesta la tienen los especialistas en el tema, quienes señalan que todo se debe a los malos hábitos nutricionales familiares, a una oferta ilimitada de productos ricos en grasas y azúcares, y a una mayor capacidad adquisitiva respaldada por un marketing que induce al consumo poco saludable. Se asegura que, "por otra parte, en los escolares prevalecen los hábitos sedentarios, donde las horas de inactividad física (tiempo dedicado al sueño, TV, estudio , transporte motorizado hacia y desde los establecimientos educacionales, etc) predominan ampliamente sobre las horas de actividad física". Se suma la falta de infraestructura para la realización de deportes tanto a nivel de establecimientos educacionales como de locales comunales; La orientación en la asignatura de educación física que antepone la destreza física a la práctica deportiva y el desconocimiento, por parte de la población, de los beneficios de una vida saludable. Finalmente, está el hecho de que el aumento de la construcción en altura con espacios reducidos para el esparcimiento físico y recreacional, lleva a los niños y a adolecentes a apegarse a otro tipo de actividades como la televisión, los juegos de nintendo, la computación, etc. Que ocupan gran parte de su tiempo libre.
En Chile la prevalencia de obesidad en escolares entre 6 y 16 años ha aumentado de 5 por ciento al 25 por ciento en los varones, y del 10 al 27 por ciento en las mujeres, entre 1986 y 1997. USA y Japón tienen cifras de obesidad muy similar a las nuestras, solo que ellos han recorrido el mismo camino en un mayor número de años (Chile 10 años, USA, 30 y Japón, 20). En países como el nuestro, donde ha existido una explosión del desarrollo económico, se observa la misma tendencia en obesidad.

Nuevos modelos de vida

"La estrategia más adecuada para disminuir la prevalencia de la obesidad, y de esa forma la de las enfermedades cardiovasculares y diabetes, es promover en la población hábitos nutricionales y estilos de vida saludables desde etapas temprana de la vida". Se agrega que los hábitos de consumo y los estilos de vida de un pueblo están fuertemente influidos por factores sociales, políticos y económicos, educacionales, culturales y familiares, entre otros, por lo que conseguir la meta de promover conductas saludables significa involucrar a todos los sectores que, de una u otra forma, regulan estas conductas. El INTA, ha asumido el rol de integrar a los diferentes sectores, entregando el apoyo y la asesoría necesaria para que ello ocurra. Así se está trabajando con el MINSAL, Ministerio de Educación, JUNAB, JUNJI, ONG e industrias de alimentos, para elaborar en conjunto propuestas y acciones concretas tanto de prevención como de tratamiento. Se enfatiza que "uno de los objetivos del INTA es, precisamente generar conocimiento sobre las patologías nutricionales que más afectan la salud y la calidad de vida de los chilenos, con el fin de proponer soluciones concretas para el tratamiento y prevención, y la obesidad es una de ellas.

Como tratar la obesidad infantil

"El tratamiento individual de la obesidad infantil suele ser poco exitoso y ello se debe a la falta de objetivos y metas claras, así como de un enfoque integral que abarque todos los aspectos involucrados en su génesis", El objetivo del tratamiento individual debe ser el lograr y mantener hábitos nutricionales y estilos de vida que permitan un equilibrio constante entre la ingesta y el gasto calórico y que corrijan o prevengan alteraciones metabólicas, ya que estas perpetúan la obesidad y preceden a las enfermedades crónicas del adulto, asociadas al sobrepeso. Se señala que "tradicionalmente los programas de obesidad han sido dirigidos a conseguir una disminución del peso corporal, utilizando dietas restrictivas que no estimulan el cambio de hábitos ni corrigen los transtornos metabólicos. Por otra parte, la alta prevalencia de obesidad (50 a 60 por ciento) en los padres y madres de niños obesos, señala la necesidad de integrar a la familia a todos los pasos del tratamiento".

Lo psicologico

Por otra parte, destaca que el aspecto psicológico también debe abordarse: muchos transtornos del apetito encubren disfunciones familiares o problemas de autoestima y sociabilidad, los que pueden influir en las conductas con respecto a ingesta y actividad física. "Un mal manejo de un trastorno psicológico puede dificultar un cambio hacia conductas saludables, contribuyendo al fracaso del tratamiento", enfatiza. Final mente se explica que todos estos aspectos han sido considerados para implementar el protocolo operacional del Programa de Tratamiento de la Obesidad Infantil y Juvenil del INTA. Este tiene como objetivos principales, en primer lugar, realizar un enfoque y un manejo integral de la obesidad del niño y del adolescente que contribuya un éxito a largo plazo, tanto de la prevención como del tratamiento de la obesidad. En segundo lugar, modificar conductas con respecto a hábitos de ingesta y de actividad física, promoviendo hábitos nutricionales y estilos de vida saludables en el paciente y en su familia, y finalmente, conseguir la normalización de los transtornos metabólicos que conducen a enfermedades crónicas del adulto en los pacientes afectados. El Programa está formado por un equipo multiprofesional que incluye pediatra, endocrinólogo, nutricionista, psicólogo, enfermera y técnicos profesionales de apoyo (gastrónomo).Dentro del programa se incluyen talleres nutricionales teóricos y prácticos para enseñar a preparar una dieta saludable y talleres psicológicos para preparar al niño y a su familia para el definitivo cambio de hábitos, dice finalmente la especialista.

Fuente Inta
Dr. Pedro Barreda.