La palabra antropología procede del griego, de las raíces “antropho logos”, cuyo significado es “estudio del hombre”. Dicho esto, queda patente la dificultad de encontrar alguna ciencia social con un objeto tan extenso como el de esta ciencia, ya que engloba cualquier aspecto imaginable del comportamiento humano, bien sea en el momento presente, en el pasado o en el futuro.
Existen diversas clasificaciones o divisiones de la antropología. Entre ellas, y tan válida como pueda ser cualquier otra, se puede citar la de Blanchard y Cheska, quienes citan cuatro tipos de antropología: la física, la arqueología, la lingüística y la cultural.
A pesar de que hasta ahora pocos estudiosos del tema se han preocupado de encontrar las relaciones entre antropología y ocio, juego y deporte, lo cierto es que cada una de las ramas citadas tiene, en mayor o menor medida, relación con ellos, como se verá a continuación.
En primer lugar, la antropología física es la parte de esta ciencia que trata de la evolución humana. Así, incluye la antropometría o medición del cuerpo, la genética poblacional, la paleontología y otras varias facetas. Su relación con la actividad física, aunque mínima en parcelas como la del juego y el ocio, sí que existe en mayor medida en otros terrenos como el deportivo, donde se realizan continuamente mediciones corporales para estudiar la estructura y morfología física de los atletas, se llevan a cabo estudios biomecánicos que muestren la evolución de las técnicas basados en las distintos tipos corporales, se observa el desarrollo del deportista con el crecimiento, etc. Algunas especialidades de la medicina actual, como la fisiología del deporte (también conocida como “fisiología del ejercicio”, “fisiología del esfuerzo” y similares) son el reflejo patente de que esa relación entre actividad física y antropología.
Por su parte, la arqueología se centra en el estudio del pasado, incluyendo el de pueblos desaparecidos o extinguidos, y su relación con el ocio y el juego se centra sobre todo en el estudio de juegos de pelota y similares practicados en dichos pueblos, y que son incluso considerados por muchos teóricos como el origen del deporte. Así, los juegos de aztecas, mayas y otras civilizaciones sobre todo centroamericanas han llegado a nuestro conocimiento gracias a los estudiosos de la antropología. Asimismo, el estudio de restos de la antigua Grecia, Roma y otras civilizaciones no extinguidas pero sí completamente evolucionadas ha llevado a comprender los orígenes de especialidades practicadas en la actualidad como ciertas carreras de velocidad y resistencia, la lucha, el pugilato, los saltos, algunos lanzamientos, etc.
La lingüística, como es sabido, es el estudio de las lenguas, y la única aportación relevante que tiene en lo referente a la actividad física se encuentra en el ámbito del deporte, y es concretamente el estudio de expresiones deportivas. Por ejemplo, cada vez son más los que estudian el lenguaje periodístico, con expresiones a veces tomadas de otros ámbitos. Por ejemplo, es frecuente la terminología militar (el equipo que está “velando armas”, la “conquista” de la copa, el “asalto” a la Liga, el “cuartel general” del equipo, la “estrategia”, la “batalla planteada en el centro del campo”, la “lucha sin cuartel”, etc.).
Por último, la antropología cultural se define como el estudio del comportamiento social o cultural humano, lo que le lleva a estudiar el juego como aspecto educacional, de recreo y como forma de ocupar el ocio, pues estos aspectos son básicos en cualquier comportamiento humano. Sería una parte relacionada con el actualmente denominado “deporte para todos” y “deporte educación”, en contraposición al “deporte salud” y “deporte rendimiento” que tendrían más relación con la antropología física, por ejemplo.
Como conclusión, por tanto, se puede decir claramente que la antropología es y seguirá siendo en el futuro una de las ciencias que más aporta al estudio de la actividad física en sus diversas facetas de juego, ocio y deporte.