Los docentes no creen que la medición repercuta en el control del peso y la erradicación del sedentarismo.
Después que el ministro de Educación, Joaquín Lavín, anunciara para octubre la medición de la prueba de Simce en Educación Física, los profesores del ramo tienen sus dudas respecto a la eficacia de la medición.
La Directora de Pedagogía en Educación Física de la Universidad San Sebastián, Alejandra Moffat, cuestionó los posibles resultados que pudiese tener el test. “La interrogante es si al evaluar la resistencia cardiorespiratoria (caminata de 6 minutos), la potencia muscular (test de abdominales y dorsales) y la flexibilidad (prueba de flexibilidad de la cadera) efectivamente se está evaluando el real objetivo de las clases de educación física”.
Además, la académica desconfió de los contenidos a evaluar de la medición, poniendo en duda su eficacia para mejorar la calidad de vida o un aporte para las clases de los escolares.
Moffat reconoció que la prueba Simce puede ser un instrumento valioso en la educación. Sin embargo, “la evaluación en el ramo y en Educación en general puede considerarse un acierto, pero lo que sí deberíamos medir y mejorar es la calidad del desempeño de quienes son responsables de promover hábitos alimenticios sanos y estilos de vida saludables en los niños y en la escuela. Sólo así la clase de educación física conseguirá -sin necesidad de evaluar el rendimiento de sus alumnos- modificar las estadísticas de sedentarismo y obesidad que hoy tenemos en Chile”.
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