Hace un par de semanas me enteraba que venía la nueva versión del Interescolar Preparatorio de Atletismo Escolar, un “mega” campeonato de este hermoso deporte, que año a año se celebra en la pista central del Estadio Nacional. Razones para destacar este torneo hay muchas, que en esta ocasión no enumeraré ni analizará.
Este campeonato me hace revivir mi época de atleta escolar y con ello algo que es clave, y quizás lo más importante para un deportista: la motivación. ¿Qué motiva a un adolecente a entrenar arduas jornadas, con frío, calor, sueño, o con una prueba importante en el colegio al día siguiente?, ¿Por qué deja de compartir con sus compañeros el ‘carrete’ del viernes, del sábado o el paseo de curso?
Motivación…pero ¿Qué es la motivación? Esta es el ‘motivo’, la razón, el objeto, o la fuerza que nos impulsa y hace que nos movamos en pos o para conseguir algo. Cada uno de nosotros tiene ‘motivaciones’, razones y objetivos distintos, pero a todos nos mueve algo. Es “lo que nos mueve”.
Siempre -bueno, recurrentemente- me pregunto y pregunto a mis alumnos de Montañismo, o clientes de esta actividad: “¿porque lo haces?, ¿Por qué estas acá, lejos de casa, pasando frío, hambre, sin ninguna comodidad y madrugando?”. Esto no tiene lógica, no hay premios. La “amiga”, polola o señora nos mirará feo, nuestros padres quedan angustiados, los amigos se ríen de nosotros, los más jóvenes
nos gastamos la plata que no tenemos, y los mayores el tiempo que no tienen. ¿Por qué?”. Porque estamos MOTIVADOS. Algo nos MUEVE a sacrificarnos, según el resto; disfrutar y gozar, para nosotros).
Desde los 12 hasta los 17 años, cuando salí de enseñanza media, fui atleta; representando a mi colegio, ganando un sinfín de torneos y medallas, un par becas, entrenando por un club… viviendo mi pasión. Significó al mismo tiempo estudiar Física en la micro de regreso a casa, estudiar de 12 a 3 am, dejar de asistir a los ‘eventos sociales’ de la época, en vez de comprar ropa de marca –como es típico de la edad- rebuscaba como comprar esas zapatillas para entrenar o competir mejor, etc. En resumen, dejar de lado lo ‘normal’ por optar a algo distinto. ¿Y para qué? Tan sólo porque me gustaba lo que hacía, me gustaba el desafío de mejorar, de superarme a mí mismo, disfrutaba de esas horas entrenando.
“…Algo súper simple; que tenía que disfrutar lo que hacía… cuando mejor jugué, fue cuando lo hice para entretenerme, cuando la pase mejor. Si puedo lograr eso otra vez, ya valió la pena todo el esfuerzo. Es mi meta: más que llegar a tal o cual ranking o intentar ganar un torneo, lograr pasarlo bien”. (Fernando Gonzalez, tenista, sobre su regreso a jugar en al ATP luego de 9 meses fuera y una operación a su cadera; Revista Sábado, 23 de abril del 2011).
Es eso, que nuestro motor venga de adentro, del interior, de disfrutar lo que hacemos, disfrutar el tan solo hecho de entrenar, de pisar la pista, la cancha, el pasto. Los especialistas llaman a este tipo de motivación de diversas formas: Cotidiana, que es el interés por la actividad misma, independiente de logros, metas o trofeos; o Intrínseca, donde la motivación viene de ellos (nosotros) mismos, la actividad es lo que los mueve; no se necesitan refuerzos externos.
Claro, un jugoso cheque, el beso de la modelo, o tan sólo unas felicitaciones familiares, son a veces un gran estímulo, pero existen cientos de deportistas que eso no les interesa en mayor medida. El sólo hecho de disfrutar de esos minutos, horas, o días de práctica… es lo que los hace felices, lo que los motiva.
¿Dónde podemos ver explícitamente este “tipo”? (porque hay más ´tipos´ de motivación, que revisaremos en el futuro). Esta semana no es difícil: Chaleco López. Hace años, recuerdo, tuvo un accidente donde lo pasó mál, estuvo durante meses en recuperación (y les aseguro, una dolorosa recuperación mental y física) para volver a competir, mejor que antes. Hoy está en una situación similar, y puedo apostar que luego de agradecer de estar vivo, ver a su familia, saber que sólo está ‘machucado’, lo único que quiere es subirse a la moto.
La motivación la podemos trabajar, pero para eso pregunto: ¿Qué te motiva?
Ps. Sergio Miranda C.
Magister © Internacional en Psicología aplicada a la Actividad Física y al Deporte.
Guía e Instructor de Montaña.
Este campeonato me hace revivir mi época de atleta escolar y con ello algo que es clave, y quizás lo más importante para un deportista: la motivación. ¿Qué motiva a un adolecente a entrenar arduas jornadas, con frío, calor, sueño, o con una prueba importante en el colegio al día siguiente?, ¿Por qué deja de compartir con sus compañeros el ‘carrete’ del viernes, del sábado o el paseo de curso?
Motivación…pero ¿Qué es la motivación? Esta es el ‘motivo’, la razón, el objeto, o la fuerza que nos impulsa y hace que nos movamos en pos o para conseguir algo. Cada uno de nosotros tiene ‘motivaciones’, razones y objetivos distintos, pero a todos nos mueve algo. Es “lo que nos mueve”.
Siempre -bueno, recurrentemente- me pregunto y pregunto a mis alumnos de Montañismo, o clientes de esta actividad: “¿porque lo haces?, ¿Por qué estas acá, lejos de casa, pasando frío, hambre, sin ninguna comodidad y madrugando?”. Esto no tiene lógica, no hay premios. La “amiga”, polola o señora nos mirará feo, nuestros padres quedan angustiados, los amigos se ríen de nosotros, los más jóvenes
nos gastamos la plata que no tenemos, y los mayores el tiempo que no tienen. ¿Por qué?”. Porque estamos MOTIVADOS. Algo nos MUEVE a sacrificarnos, según el resto; disfrutar y gozar, para nosotros).
Desde los 12 hasta los 17 años, cuando salí de enseñanza media, fui atleta; representando a mi colegio, ganando un sinfín de torneos y medallas, un par becas, entrenando por un club… viviendo mi pasión. Significó al mismo tiempo estudiar Física en la micro de regreso a casa, estudiar de 12 a 3 am, dejar de asistir a los ‘eventos sociales’ de la época, en vez de comprar ropa de marca –como es típico de la edad- rebuscaba como comprar esas zapatillas para entrenar o competir mejor, etc. En resumen, dejar de lado lo ‘normal’ por optar a algo distinto. ¿Y para qué? Tan sólo porque me gustaba lo que hacía, me gustaba el desafío de mejorar, de superarme a mí mismo, disfrutaba de esas horas entrenando.
“…Algo súper simple; que tenía que disfrutar lo que hacía… cuando mejor jugué, fue cuando lo hice para entretenerme, cuando la pase mejor. Si puedo lograr eso otra vez, ya valió la pena todo el esfuerzo. Es mi meta: más que llegar a tal o cual ranking o intentar ganar un torneo, lograr pasarlo bien”. (Fernando Gonzalez, tenista, sobre su regreso a jugar en al ATP luego de 9 meses fuera y una operación a su cadera; Revista Sábado, 23 de abril del 2011).
Es eso, que nuestro motor venga de adentro, del interior, de disfrutar lo que hacemos, disfrutar el tan solo hecho de entrenar, de pisar la pista, la cancha, el pasto. Los especialistas llaman a este tipo de motivación de diversas formas: Cotidiana, que es el interés por la actividad misma, independiente de logros, metas o trofeos; o Intrínseca, donde la motivación viene de ellos (nosotros) mismos, la actividad es lo que los mueve; no se necesitan refuerzos externos.
Claro, un jugoso cheque, el beso de la modelo, o tan sólo unas felicitaciones familiares, son a veces un gran estímulo, pero existen cientos de deportistas que eso no les interesa en mayor medida. El sólo hecho de disfrutar de esos minutos, horas, o días de práctica… es lo que los hace felices, lo que los motiva.
¿Dónde podemos ver explícitamente este “tipo”? (porque hay más ´tipos´ de motivación, que revisaremos en el futuro). Esta semana no es difícil: Chaleco López. Hace años, recuerdo, tuvo un accidente donde lo pasó mál, estuvo durante meses en recuperación (y les aseguro, una dolorosa recuperación mental y física) para volver a competir, mejor que antes. Hoy está en una situación similar, y puedo apostar que luego de agradecer de estar vivo, ver a su familia, saber que sólo está ‘machucado’, lo único que quiere es subirse a la moto.
La motivación la podemos trabajar, pero para eso pregunto: ¿Qué te motiva?
Ps. Sergio Miranda C.
Magister © Internacional en Psicología aplicada a la Actividad Física y al Deporte.
Guía e Instructor de Montaña.
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