Resumen
En los últimos años los desórdenes alimentarios se han ido incrementando en sectores de la población, (principalmente adolescentes y mujeres jóvenes), aunque también se han manifestado en otro grupo del que no se tenía demasiado conocimiento, como son los deportes que enfatizan la figura esbelta y magra (gimnasia, patinaje artístico, ballet), etc. Los entrenadores y todas aquellas personas que trabajan cerca de estos atletas deberían estar al tanto de estos problemas, saber como identificar los síntomas y estar preparados para consultar con los profesionales idóneos en el tema.
Palabras clave: Anorexia. Bulimia. Desórdenes alimentarios. Deportistas.
Introducción
Se especula que las mujeres corren mayor riesgo de desarrollo de problemas alimentarios por diversas razones, entre ellas la sociedad que ejerce más presiones por ser delgado en mujeres que en hombres, el deseo de ser flacas y lindas como tal modelo o actriz famosa, el miedo a engordar y ser despreciada por sus pares por ser más "normal" y no tener una figura que ronda los niveles del marasmo (desnutrición proteico-energética).
Los estudios muestran que, para las chicas, el interés por la dieta y el peso emerge entre los 9 y 11 años, coincidiendo con la aceleración en la velocidad de crecimiento, con aumento en la estatura y el peso y cambios importantes en la composición corporal.
Si bien todo esto es importante, hoy quisiera hacer referencia a la presencia de estos desórdenes en la población deportiva.
Una figura delgada frecuentemente le brinda a los deportistas la posibilidad de llegar a lugares importantes dentro de su carrera. Para perder peso emplean diuréticos, laxantes, se provocan vómitos, deshidratación y hasta ayunan, todo lo que lleva a un descenso de la performance y a poner en riesgo su salud.
Muchas veces la pérdida de peso se convierte en una obsesión y será muy fácil que estas personas caigan en algún tipo de desorden alimentario.
Según el Manual de Diagnóstico y Estadística de desórdenes mentales (DSM-III-R) de la Asociación Americana de Psiquiatría (1987), las patologías alimentarias incluyen anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, desórdenes alimentarios no especificados de otra manera (NOS), acción rumiante (regurgitación de comidas) en la infancia, deseos de comer tipos no naturales de alimentos y últimamente se ha incorporado la patología de ingesta profusa en corto lapso (DSM-IV).
Se ha tratado de identificar a los deportistas que muestran síntomas significativos de desórdenes alimentarios, pero no encuadraban en los criterios del DSM-III-R, entonces se los clasificó con un desorden llamado anorexia atlética o deportiva.
Definiciones
La anorexia es la autoimposición de ayuno en un esfuerzo obsesivo por perder peso. Es común que las personas anoréxicas no admitan que tiene un problema, pueden estar muy delgadas y sin embargo ellas se ven obesas. Se estima que actualmente del 0,5 al 1% de la población vulnerable (estudiantes mujeres de colegios secundarios o universidades), sufren este trastorno.
La bulimia por otra parte se caracteriza por la alternancia de grandes comilonas (atracones) seguidas de métodos de purga (vómitos, laxantes, ayuno y ejercicio intenso) para aliviar la culpa y evitar el aumento de peso. Llega un momento que el ciclo ingesta-purga no se puede detener. La incidencia de la bulimia esta estimada en un 4-5% de la población femenina adolescente y adulta joven. Por otra parte no son patologías exclusivas de las mujeres, ya que 1 de cada 10 casos, son varones.
Muchas veces se combinan estos dos desórdenes dando lugar a lo que se denomina bulimarexia, con pérdida excesiva de peso y utilización de laxantes.
El término anorexia atlética o deportiva, esta definido como una condición que es prevalente entre los deportistas y se caracteriza por miedo intenso a aumentar de peso o volverse obesa, aún cuando la persona sea magra. La pérdida de peso está acompañada por una reducción de la ingesta calórica, a menudo combinada con ejercicios de larga duración. La restricción de ingesta calórica se encuentra por debajo de lo necesario para mantener los requerimientos energéticos del alto volumen de entrenamiento.
Además del entrenamiento normal para mejorar el rendimiento atlético, los deportistas con anorexia atlética realizan ejercicios en forma excesiva o compulsiva para purgar sus cuerpos del efecto de la alimentación. Con frecuencia estos atletas reportan tener atracones para luego usar purgas. Esta alimentación compulsiva está planeada e incluida en su estricto horario de entrenamiento y estudio.
En la tabla 1 se muestran los criterios de diagnóstico de la anorexia atlética y en la tabla 2 los de Anorexia y Bulimia.
Criterios diagnósticos de la anorexia atlética
Pérdida de peso (>5 % del peso estimado) +
Retraso de la menarca hasta los 16 años (+)
Disfunción menstrual (+)
Malestares gastrointestinales (+)
Ausencia de patología que expliquen la reducción de peso +
Imagen corporal distorsionada (+)
Miedo excesivo a estar obesa +
Restricción de alimentos (>1200 Cal/d) +
Uso de métodos purgantes (+)
Alimentación compulsiva (+)
Entrenamiento muy intenso (+)
Tabla 1
+ : denota criterios absolutos
(+): denota criterios relativos
Bulimia Anorexia
Comer desaforadamente Rechazo por mantener el peso corporal mínimo establecido para edad y altura
Utilización de maniobras purgantes Sentirse gorda aunque se este adelgazando
Tener al menos dos atracones por semana durante por lo menos tres meses. Ausencia de menstruación.
Malestares gastrointestinales Ausencia de patología que expliquen la reducción de peso
Tabla 2
Cómo identificar un atleta con anorexia y bulimia
Hacer dieta y perder peso no significan que un atleta tenga alguno de estos desórdenes, pero se debe prestar atención a:
• Comentarios insistentes de verse gorda cuando su peso esta por debajo del promedio.
• Seguir perdiendo peso aún fuera de temporada
• Comer en secreto
• Desaparición en forma reiterativa luego de las comidas
• Aparente nerviosismo si no puede quedarse solo luego de las comidas
• Ojos rojos luego de haber estado en el baño
• Olor a vómito en el inodoro, pileta, ducha o cesto de papeles
• Fluctuaciones extremas de peso
• Evidencia de retención de agua no causadas por patología conocida
• Constipación
• Variación en el estado anímico (depresión, etc.)
• Negación a comer con el resto del equipo
• Actividad física excesiva que no responde al plan de entrenamiento
• Ausencia de por lo menos tres períodos menstruales seguidos
Estos ítems son igualmente válidos para detectar una persona no deportista que sufra de estos desórdenes y que pueden ser observados en el desarrollo de una clase de gimnasia en el patio del colegio o en un gimnasio.
Existen muchas similitudes con los mecanismos desencadenantes de estas patologías entre las mujeres deportistas y las que no lo son. Muchas veces estos problemas alimentarios están acompañados de una historia de baja autoestima, dificultades para resolver problemas, un ambiente familiar desfavorable como ser una madre dominante y crítica y padres pasivos, sumisos; estrés y pueden ser desencadenados a partir de un simple comentario de una persona allegada , como ser los familiares, y en el caso de los deportistas, sus entrenadores, directivos deportivos e incluso sus propios compañeros; como ponerle apodos, ridiculizarlo, o hacer comentarios imprudentes.
Diversos estudios (a nivel nacional e internacional) han abordado este tema, pero voy a hacer referencia a un estudio realizado en Salta por un equipo de profesionales del hospital local que llevan a cabo un programa de detección y tratamiento de estas patologías. Las estadísticas del último semestre de 1997 indican que de 190 personas atendidas: un 37% presentaba anorexia, un 15 % bulimia y el resto, otras patologías relacionadas a la alimentación como la obesidad y sobrepeso. En cuanto al sexo, el 4% era masculino, con respecto a la edad, el 60% no superan los 25 años, en cuanto al nivel socioeconómico en la mayoría es bajo con las siguientes características: madres golpeadas, madres solteras abandonadas, y empleadas domésticas desarraigadas de su lugar de origen.
Otros mecanismos "gatillo" para el desarrollo de estos desórdenes es por ejemplo: la pérdida del entrenador, enfermedad o lesión inesperada que le impidió continuar temporariamente con sus niveles normales de actividad física y abuso sexual por parte de sus entrenadores.
Por eso es fundamental que los entrenadores se deben dar cuenta de que ejercen una fuerte influencia sobre sus atletas. El hecho de hacer un comentario acerca de la forma física de una persona, o de aconsejar una reducción de peso sin ofrecer ayuda profesional, puede resultar en un comportamiento alimentario no saludable o favorecer el desarrollo de patologías en los deportistas predispuestos. Además deben interiorizarse sobre los desórdenes en alimentación, que significan, como reconocer los signos, y que hacer si se sospecha que existe un problema.
Por otra parte los entrenadores pueden cumplir un rol muy importante en la prevención de estos desórdenes, ayudando al atleta a manejar el estrés emocional y físico que produce obtener y mantener un peso, no dándole mayor importancia de la que tiene al impacto del peso sobre la performance, enfatizando en la importancia de una buena nutrición, planteando objetivos realistas, no sugiriendo ni alentando métodos purgantes, pesando a los deportistas en forma privada y frecuentemente para chequear cambios súbitos de peso y llevando al atleta del cual sospecha que tiene un problema alimenticio a consultar a un especialista.
Es extremadamente importante para las escuelas, clubes y organizaciones, tener organizado un sistema para identificar jóvenes y atletas con riesgo, obtener documentación de que el problema existe y asegurar el tratamiento.
Médicos, entrenadores, técnicos y profesores del colegio que trabajan cerca de atletas o adolescentes necesitan estar informados acerca de los desórdenes alimentarios, que son, cómo se conocen los signos de advertencia, que hacer si se sospecha un problema y que opciones de tratamiento hay disponibles. Estar preparados para manejar la situación cuando se sospecha que una persona tiene un problema, reducir el estrés y asegurar que reciban el soporte y tratamiento adecuados.
Como se puede ayudar a una atleta con anorexia o bulimia
En primer lugar, identificando actitudes que puedan sugerir que un atleta tenga desórdenes en la alimentación. Siendo accesibles con aquellos compañeros que puedan estar preocupados o que están buscando ayuda.
Evitando encasillar al atleta como anoréxico o bulímico. El entrenador o profesor no debe intentar diagnosticar o tratar a las personas con anorexia o bulimia. Hay que ayudar al enfermo a contactar un especialista en este tipo de desórdenes para que le brinde ayuda profesional. Si un atleta niega el problema, pero los signos son evidentes, se debe consultar al médico capacitado que pueda resolver la situación.
Si se piensa que un atleta tiene un desorden alimentario se debe hablar con el , concentrándose en las evidencias y en lo que el atleta es capaz de contar acerca de lo que piensa sobre el problema.
El primer paso para prepararse en los desórdenes alimentarios es la educación, hay que informar y educar a los miembros de las instituciones acerca de estos problemas, brindar al atleta un programa total de nutrición que incluya asesoramiento general sobre alimentación, así como asistencia sobre métodos adecuados para bajar o aumentar de peso. Todo lo cual debe ser llevado a cabo por profesionales especializados.
Del tratamiento
Un desorden alimentario es un problema tanto psicológico como fisiológico y su diagnóstico y tratamiento tiene que estar a cargo de médicos, psicólogos y nutricionistas. Hasta el presente, ningún método en particular puede ser visto como el tratamiento definitivo, ni como la única opción. Sin embargo la naturaleza compleja y multifactorial de la anorexia y la bulimia, sugieren como más efectivo el tratamiento interdisciplinario.
El profesional nutricionista también cumple un rol fundamental. Por una parte actúa en la prevención de estos desórdenes a) brindando al deportista un plan de alimentación de acuerdo a sus necesidades individuales, b) haciendo educación alimentaria y nutricional para desterrar mitos respecto del peso corporal, composición corporal, nutrición, etc. Y por otra parte, también actúa con el equipo interdisciplinario en el tratamiento de estas patologías.
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