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lunes, 23 de agosto de 2010

A Trepar se ha dicho!!

Si los humanos tenemos la capacidad de trepar (que la heredamos de nuestros familiares los monos) ¿Por qué no andamos trepando todos y todo el día? Primero porque con la evolución adoptamos la posición erguida. Además, y sobre todo, porque el ser humano olvida de que es capaz físicamente y se dedica solo a una pequeña parte de todo eso con que nace. Por último, porque muchas veces la misma sociedad no nos deja evolucionar hacia donde queremos.
Observemos a los niños, si, si a los más pequeños. Ellos cuentan con una gran capacidad para muchas cosas y en general somos los adultos los que los limitamos o privamos de todo eso. De explorar básicamente. Pasan de la etapa de gateo o la posición erguida y bípeda gracias a que tienen la capacidad de trepar! Quién no ha visto alguna vez a algún bebe de uno sostenerse frenéticamente de la pata de una silla o de las piernas de los adultos para poder pararse y ver el mundo desde un poquito más arriba! Los más chiquitos nacen con la habilidad de trepar! Pero una vez que ingresan al sistema escolar, esta habilidad es de las que más rápido se pierde, salvo que se la estimule. El error de esta pérdida quizás viene dado en que los adultos no contemplamos las necesidades reales de los chicos, de explorar y descubrir el mundo que los rodea y muchas veces por temores a que se lastimen evitamos que “se suban a… un árbol” por ejemplo.
Quienes tuvimos la suerte de criarnos en el interior del país quizás exploramos con otras libertades el mundo circundante. La mayoría de los que vivimos así le restábamos mucha importancia a los golpes o moretones que nos quedaban y quizás nuestros padres también tuvieron la capacidad de minimizar un simple raspón. Hoy en día la motricidad infantil se encuentra al pie de una bifurcación, por un lado si hay acceso a clubes ese chico/a tendrá mucha estimulación y se desarrollará plenamente; y por otro lado tenemos los chicos que sólo tienen de medio para explorar y jugar las plazas y veredas de la ciudad. ¿Qué espacio les brindamos los adultos entonces para este completo desarrollo de sus habilidades?
Por suerte cada vez somos más los que nos damos cuenta de esta situación y de que todo niño/a debe tener acceso a un completo desarrollo. Hoy en día las plazas de la ciudad cuentan, por suerte, con una gran variedad de espacio verde y juegos para trepar, saltar, colgarse, subir, bajar, etc. Queda en los adultos la responsabilidad y las ganas de acompañar el desarrollo de los más pequeños.
Por otro lado, volviendo a la habilidad de trepar, a veces sucede que el adulto es quien tiene temores – habíamos dicho – para esos casos el consejo es ¡Dejen explorar a los niños! Ellos saben cuidar su cuerpo y saben reconocer si algo puede ser o no peligroso. El adulto debe acompañar! No limitar.
De todos modos puede suceder que uno no se sienta capaz de discernir si podré evitar que mi hijo/a, sobrino/a, etc. se lastime o no subiendo un árbol. Para eso, gracias a los avances de las sociedades y la difusión de información, llegó a nosotros la posibilidad de trepar sin tener que hacerlo en un ambiente potencialmente peligroso sin las debidas normas de seguridad. La construcción de muros artificiales favoreció la práctica y desarrollo de la habilidad de trepar!
Para los más pequeños esto es casi ideal. Digo casi porque ideal sería que lo hicieran en contacto con la naturaleza. Imagínense de 8 años yendo a un lugar ideal para trepar por todos lados que uno quiera! Creo que la sensación de placer debe ser similar a la de un pelotero o algo de ese estilo. Entonces, tenemos una gran variedad de muros artificiales (o rocodromos) preparados para que podamos llevar a los más chiquitos a trepar y explorar, claro siempre orientándolo desde una visión recreativa y no queriendo sacar grandes deportistas. Eso viene más adelante con el desarrollo motor ya completo. Pero no se trata sólo de llevarlo a un muro y dejarlo trepar, deben pedir y exigir que haya alguien capacitado primero en el trabajo con niños y segundo en el deporte. La existencia de muros con personas idóneas para la escalada infantil reduce los riesgos y temores casi del todo!
Así que, ya lo saben papis y mamis, ¡los chicos tienen la habilidad y necesidad de trepar! La propuesta es que saquemos los temores que tenemos y los llevemos a probar, muro, árbol, plaza, donde puedan y les sea más cómodo. Pero no privemos a los más chicos de un nuevo modo de explorar el mundo que los rodea!
A trepar se ha dicho!!!
Lic. Andrea Mir

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