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martes, 14 de septiembre de 2010

La importancia de la actividad física

A menudo se destaca la estrecha relación que existe entre la práctica frecuente de actividad física y la calidad de vida. Y aunque existe un acuerdo generalizado respecto a que hacer deportes, o al menos sotener una rutina periódica de ejercitación física forma parte de una vida saludable, estos hábitos, por diversas razones, parecen muchas veces difíciles de incorporar.
En efecto, el ejercicio resulta fundamental sobre todo para aquellas personas que llevan una vida sedenteria o que deben padecer muchas presiones en sus quehaceres cotidianos. La actividad física adecuada a las características individuales de cada uno, puede estimular la producción de endorfinas del organismo mejorando el humor y el ánimo general.
La actividad física es también un remedio eficaz contra el insomnio ya que contribuye a la recuperación nocturna de las energías, posibilitando una más rápida conciliación del sueño y un descanso más profundo.
Sin embargo, pese a todas estos evidentes beneficios de la actividad física, muchas pesonas suelen fracasar en el intento de incoporar la actividad física a sus hábitos de vida. Clubes y gimnasios se pueblan en primavera a partir de motivaciones tales como recuperar la figura en vistas del verano. Pero incluso cuando se inicia la actividad por indicación médica, la deserción es importante al comprender que los resultados visibles son escasos en el corto plazo y los beneficios significativos solo aparecen más tarde asociados al esfuerzo y a la perseverancia.
Para aquellas personas que por su historia personal encuentran satisfacción inmediata en la actividad física, llevar adelante un programa de entrenamiento no representa desafío alguno. Pero para las que no han desarrollado a lo largo de su vida el interés por este tipo de hábitos saludables, iniciarse en la exigencia física en la adultez suele ser aburrido e incluso frustante en un primer momento. Para aquellas personas, proponemos algunas reflexiones no convencionales:
• 1. Pongase objetivos cortos: si nunca ha realizado actividad física no aspire a incorporar hábitos de deportista de la noche a la mañana. Comience con un programa liviano e incrementelo a medida que vaya mejorando su estado físico. Para la actividad aéorbica, es una buena medida de exigencia poder sostener una conversación mientras se ejercita.
• 2. Mejorar la figura es una consecuencia adicional del entrenamiento, pero éste no será el único beneficio. Ponga la mirada en objetivos más amplios y encontrará mayor satisfacción en el esfuerzo. Recuerde que el buen estado físico se sostiene mientras se continua la actividad, y en este sentido la meta no es alcanzar un determinado físico sino transformar los hábitos de vida sedentaria.
• 3. Existen diferentes formas de actividad física: encuentre la que se adecue mejor a su gusto. No se deje influir por las modas, no siempre lo que "se usa" en el momento es lo que nos sirve o interesa.
• 4. Ordene su tiempo: una excusa frecuente es la falta de tiempo. Esto es generalmente verdad, pero cambiar algunas prioridades puede ayudarnos a encontrar el pequeño momento libre que necesitamos. Piense que un buen estado físico nos permite mejorar el rendimiento general.
• 5. Busque un lugar adecuado: el lugar que elijamos para realizar la actividad debe adecuarse a nuestra comodidad de manera tal que iniciarnos en el ejercicio no suponga un esfuerzo adicional al de realizar la actividad en sí misma.
• 6. Disfrute: el tiempo de la actividad física puede ser un momento para estar consigo mismo (si gusta de las actividades solitarias) o una oportunidad para el intercambio social, hacer nuevos amigos y compartir experiencias que antes nunca había creído que fueran para ud. Busque un ambiente social que se adecue a su personalidad y podrá sentirse cómodo en un nuevo espacio.
• 7. Confíe en un entrenador: a menudo necesitamos un mayor estimulo. Trabajar con un entrenador individual o grupal puede ayudarnos a tomar el entrenamiento con la fuerza de la convicción de que estamos realizando un buen plan de trabajo, al tiempo que nos sentiremos alentados cuando el entrenador certifique la importancia de nuestro progresos.
• 8. Consulte a su médico: los médicos suelen recomendar diferentes formas de actividad física adecuadas a cada condición en particular. Escuche el consejo de su médico, probablemente él sabrá qué es lo mejor para ud.

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